Cascarero

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Las aguas del río Guadalhorce son vertidas en nuestra vega, regando las huertas repletas de cítricos que hicieron surgir una economía agrícola y una arquitectura rural de la que destacan los caseríos y cortijos que antaño contaban con “cascareros”, típicas construcciones cuya utilidad era servir de lugar para el secado de higos y almendras y sobre todo de las cáscaras de cítricos, que se usaban como materia prima para la fabricación de productos como la pólvora, colorantes, esencias, productos medicinales, herbales, etc.

Hoy día, aún se pueden divisar cascareros en poblaciones como Pizarra. Algunos han sido reutilizados como viviendas, puesto que arquitectónicamente son construcciones sólidas con varias plantas. De piedra encalada, divididos en compartimentos con vigas de madera y cañizos, no existen paredes alrededor de los mismos. Se cubren con una techumbre a dos aguas de tejas árabes.

A pesar de que algunos se siguen empleando para el secado de cáscaras de cítricos, esto sucede con menor frecuencia, lo que provoca el deterioro o quizás la pérdida en el futuro de una seña de identidad no sólo de nuestro pueblo, sino de todo el Valle del Guadalhorce. Corresponde a todos tomar conciencia y luchar por la preservación de nuestros cascareros, una verdadera reliquia arquitectónica de las huertas del Valle.

El Cascarero de los Condes de Puerto Hermoso

Este cascarero, así como su almacén, fueron creados por el IV Conde de Puerto Hermoso, llamado Don Fernando de Soto y Aguilar (1876-1940), propietario de la mayoría de las tierras cultivadas de cítricos de Pizarra.

El almacén emula una fortificación, con aspecto de castillejo, que posee una torre almenada con un medallón de la Virgen del Perpetuo Socorro. Su situación privilegiada cerca de la vía del tren le permitía almacenar las cosechas para transportarlas hacia diferentes zonas de España.

El cascarero, situado detrás del almacén, presenta una construcción sólida de mampostería, dividida en compartimentos de hasta tres pisos con vigas de madera y cañizos para favorecer el paso del aire y cubiertos con una techumbre a dos aguas de tejas. La planta baja estaba cubierta y era utilizada para la cría de ganado, como lavadero o de zona de almacenaje. Las plantas superiores eran destinadas al secado de las cáscaras y otros frutos. El espacio que queda entre el tejado y la última planta se usaba como palomar.

Otros cascareros

Cascareros similares existen en toda la geografía del Valle del Guadalhorce donde abundan las huertas de cítricos. Otro ejemplo es el Cascarero de la Vega Morales, situado entre los términos municipales de Pizarra y Álora.